Tenemos que tener muy presente que el primer día de una chinchilla con nosotros/as lo más normal es que esté muy irritable, estresada y asustada. En algunos casos se
incrementa esta situación debido a largos viajes y en otros muchos casos será la primera vez que nuestra chinchilla se separe de sus padres y el ambiente conocido para ella desde su nacimiento.
Por ello tenemos que tener algunas precauciones, para esté lo más agusto posible y se acostumbre más rápido y mejor a su nuevo hogar.
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Antes que llegue la chinchilla a casa, tendremos la jaula preparada y limpita, lista para
su acogida.
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Cuando llegue la meteremos dentro de su jaula y la dejaremos tranquila.
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Evitaremos ruidos fuertes y moviemientos bruscos a su alrededor.
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Evitaremos cogerla o manosearla.
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Si nuestra intención es juntarla con otra chinchilla, en ninún caso lo
haremos el primer día.
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Al día siguiente ya podemos empezar a intentar la sociabilización con nosotros/as. Podemos
ofrecerle alguna chuche de nuestra mano.
- Podemos dejarle la jaula abierta, para que salga un ratito de paseo, pero sin forzarla, que salga ella solita si quiere.
- Le pondremos el baño de arena un rato a su disposición, que les encanta y le ayudará a relajarse un poco.
- Haremos esto durante unos días.
- Si no nos han entregado con ella certificado veterinario y coprología. Debemos llevarla, para descartar cualquier tipo de
bacteria o parásitos
- A partir de aquí y para continuar con la sociabilización, tenemos que tener paciencia y poco a poco iremos notando que
estará cada vez menos asustadiza.
- No demos precuparnos si durante los primeros días está en algún rincón de la jaula y algo apagada, es lo normal y se le
pasará.
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¡A disfrutarla!